Visión financiera
Claudia Sheinbaum sabe o habrá de saber que el inicio de su gestión como Presidenta de México está sembrado con bombas, repleto de caminos muy estrechos en los que un mal movimiento, una mala decisión, una torpeza de gestión de gobierno puede ocasionar que descarrile ella, su gobierno e incluso el país.
Necesita ampliar con mucha urgencia recursos, allegarse más ingresos fiscales para aumentar su espacio fiscal (margen de maniobra) y no puede equivocarse en la gestión del cambio que exige Pemex así como una corrección de rumbo de la eléctrica nacional, la CFE.
Estas dos empresas son relevantes por su impacto en la economía y por la cantidad de dinero que requieren para seguir operando. Son empresas altamente deficitarias.
Si no acierta en un cambio de modelo de negocio en Pemex o equivoca en nombrar a quien dirija la petrolera representará iniciar el conteo descendente para que primero una empresa calificadora de riesgo y luego una segunda confirme el retiro a México el grado de inversión para que nuestro país ingrese al infierno.
Está a las puertas del infierno.¿Saldríamos de él en caso de entrar? Muy posiblemente, luego de mucho sacrificio podremos superar la pesadilla de perder el grado de inversión.
¿Pero qué diablos es eso del grado de inversión?En el mundo hay muchas compañías financieras que miden la posibilidad de que una empresa incurra en un retraso o incumplimiento de pago en un compromiso de deuda adquirida ante inversionistas.
Una empresa necesita dinero para implementar acciones que le permitan crecer y para ello decide emitir deuda que es un compromiso con quien confía en que por el dinero en que compra un papel de deuda la empresa emisora no solo le devolverá el dinero sino también un plus o un poco más representado en el interés acordado en el instrumento o papel que ampara la inversión.
Las empresas, entonces, acuden al mercado financiero nacional o mundial y emiten papeles de deuda, es decir, salen al mercado a captar dinero y emiten deuda por la cual pagan un interés.
Pero no siempre o no en todos los casos las empresas tienen la posibilidad de pagar puntualmente lo que han comprometido.
Existe la posibilidad de que en el camino enfrenten un problema y por ello no puedan pagar lo que se han comprometido a pagar a los inversionistas.
Las empresas calificadoras de riesgo crediticio miden esa posibilidad.
Entre menos posibilidad exista de que un emisor de deuda incumpla el interés que se compromete a pagar es pequeño.
Entre más riesgo existe, mayor tendrá que ser el interés que se comprometa a pagar esa empresa. Las tres empresas calificadoras más importantes en el mundo son Fitch Ratings, Standard & Poors y Moody’s Investors Service.
Con todo lo arbitrario que puede representar que una empresa particular privada mida la probabilidad de que una nación incumpla el pago de una deuda adquirida, son esas tres empresas financieras las más importantes e influyentes en el mercado mundial.
Las empresas que van a los mercados públicos de deuda para emitir compromisos y recibir dinero a cambio de esos compromisos tienen que calificar su capacidad de pago para que el inversionista sepa cuál es el riesgo impago que puede llegar a tener.
En el caso de las naciones las empresas calificadoras de riesgo constantemente estudian la evolución de las variables económicas, cómo impactan los contextos internacionales, cómo enfrentan la realidad internacional y los cambios económicos internos.
A partir de los resultados determinan qué lugar ocupa la nación en una escala de riesgos que tiene, por lo regular 23 o 22 niveles según la empresa de que se trate.
Acompaño esta columna con una tabla para que vea cuales son los escalones de calificación de las tres empresas principales a nivel mundial en cuanto a calificación de riesgos crediticios.
Pensemos en una escalera de 23 peldaños en los que el escalón 23, el último, el más elevado, resultaría la calificación más alta posible y el primer escalón el menos lustroso.
Digamos que del escalón 14 al 23 una nación conserva un grado de inversión que permite que las empresas que son las más importantes en el manejo de recursos de inversión o de pensiones inviertan en deuda de esa nación o papeles de deuda que se emiten en ese país.
Esta exigencia de que solo pueden invertir en naciones que tengan grado de inversión es para limitar hasta donde es razonable esperarlo, el que haya sorpresas desafortunadas para los inversores.
Un impago o quebranto de un emisor de deuda puede significar una pérdida muy alta de dinero. Los recursos de miles o millones de trabajadores que forman parte de los grandes portafolios de inversión pudieran verse disminuidos de manera importante.
El que esos recursos no puedan invertirse en empresas o gobiernos que no cuenten con grado de inversión es una estrategia que limita en gran medida que haya que quebrantos de empresas, de administradores de fondos de inversión o pensiones o de inversionistas.
Por ello, si por alguna razón México perdiera el grado de inversión un porcentaje muy elevado de inversiones financiera que existen en el país, estimadas en más de 110 mil millones de dólares, de la noche a la mañana saldrían de los papeles en que están invertidos, con los pesos de esas ventas exigirían los dólares equivalentes y saldrían del país para ser invertidos en otras plazas, otras naciones y otros instrumentos de deuda.
Eso, en primera instancia, significaría una presión muy importante para la paridad entre el peso mexicano y el dólar estadounidense.
Lo que hoy , un dólar, se compra con 17 pesos y 50 centavos aproximadamente el día siguiente del retiro del grado de inversión pudiera valer más de 25, 30 pesos mexicanos.
Ahora bien. Es importante decirle a usted que Fitch Ratings tiene a México en el último escalón inferior que ampara el grado de inversión y que tanto Moody´s Investor Service como Standard and Poors han ratificado el grado de inversión concedido hasta ahora al país (el lugar que se les ha asignado en la ocasión más reciente de revisión por parte de la calificadora) asignando una perspectiva de comportamiento de la calificación.
Hay tres escenarios en cuanto a perspectiva se refiere.
A la clasificación de solidez de la emisión de deuda se acompaña una perspectiva. Cuando se señala que es una perspectiva positiva implica que la empresa de calificación pudiera revisar a la alza o mejorar la calificación crediticia de la empresa o gobierno (municipal, estatal o federal) en próximas evaluaciones.
Cuando la perspectiva es estable significa que no esperan grandes cambios ni positivos ni negativos en la más próxima valoración que se haga y si se trata de perspectiva negativa manda la señal de que en la próxima valoración pudiera ejercer un ajuste a la baja del grado de inversión con que se cuente.
Le informo que estas empresas que no tienen relación entre sí pueden emitir una valoración en cuanto al grado de inversión y que mientras dos de ellas sigan concediendo el grado de inversión una nación seguirá siendo considerada como país seguro para los inversionistas pero, pero si dos de tres de estas empresas calificadoras quitan el grado de inversión a México automáticamente se considera que el país ya no cuenta con grado de inversión.Brasil perdió el grado de inversión en el año 2015 y es momento en que no la recupera.
La nación sigue funcionando pero la emisión de su deuda tiene que ir acompañada con altas tasas de interés y una paridad no favorable frente al dólar y las otras grandes monedas de referencia mundial.
Por ahora las tres empresas calificadoras conceden a México el grado de inversión pero estarán muy pendientes con lo que suceda en México comenzando en septiembre cuando pudieran darse cambios estructurales (plan C) que no han sido bien vistas por la comunidad mundial neoliberal que es la que finalmente tiene tomado el sartén por el mango.
Ya veremos que pasa, pero de que México está a las puertas del infierno, lo está.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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