Visión financiera/Georgina Howard
En el escenario político domina la detención del Mayo Zambada y de Joaquín Guzmán López, proceso envuelto en más preguntas que respuestas. Conforme evolucionen los días se irá conociendo el entramado que hizo posible esta detención histórica en la que el Gobierno de México quedó reducido a nada, porque quienes articularon la estrategia sabían que de conocerse la posibilidad acabaría filtrándose a los involucrados.
Una aproximación muy cercana que confirma lo cerca que México se encuentra del aludido narcoestado.
Este proceso en nada cambia los retos que tenemos que enfrentar en materia económica, de lo que hemos escrito reiteradamente en semanas anteriores.
Lo delicado sigue en la misma situación y nada existe en el escenario que permita pensar en que en algo puede avanzarse.
En días recientes también dominó la conversación en lo económico y empresarial la decisión de Musk de poner en pausa la que podría ser la séptima Gigafabrica de Tesla en Santa Catarina, Nuevo León. La decisión cae de madura cuando se conoce la muy alta probabilidad de que Trump gane nuevamente la presidencia a finales del año.
El Republicano afecto políticas proteccionistas e impondrá condiciones muy gravosas a empresas que produzcan fuera del territorio norteamericano y luego introduzcan sus mercancías a la Unión Americana y, por supuesto, descuente Usted que populista al fin, imponga una reducción de impuestos para las empresas lo que ofrece una tentación comprensible en un conglomerado como Tesla de esperar a conocer detalles de los castigos y premios que Donald traiga bajo el brazo.
Para que me acelero, ha de pensar Musk; si ya me tuve que esperar varios meses para iniciar la construcción mejor me aguanto otro tanto y voy sobre bases firmes. Total… en México ni están listos para concederme la infraestructura que necesitamos.
La posición de Tesla en Nuevo León pudo haberse retrasado por la ausencia de componentes necesarios para soportar una instalación de esas dimensiones.
No todo es ubicación. Las grandes empresas vendrán a México mientras haya además de la cercanía geográfica con Estados Unidos condiciones necesarias para su adecuado funcionamiento.
Vías de comunicación amplias y de buena calidad, agua necesaria y suficiente, energía eléctrica segura, confiable y de buena calidad, preferentemente relacionada con su gestión limpia y con tecnologías lo más amigables posibles al medio ambiente.
Un contexto de confiabilidad y sobre todo un ambiente seguro en el que las empresas no tengan que lidiar con lo que ahora comienza a ser una constante entre grupos empresariales o consorcios productores en el campo: la extorsión.
No garantizamos ninguna de ellas, tenemos que ser honestos. México en más de 40 por ciento del territorio está siendo definido por los grupos criminales y la detención de un hijo del Chapo y del Mayo Zambada en nada, en absolutamente en nada, cambará el contexto económico y de producción presente.
Ahora, de primera mano, el Gobierno de la Unión Americana sabrá nuevamente detalles de los financiamientos que el Cártel de Sinaloa realizó a la clase política mexicana que no se detendrá solo en el nombre del movimiento que ahora gobierna al país. La lista será enorme y seguirá siendo motivo de sorpresa y preocupación entre los vecinos.
Allá también tienen historias relacionadas con el manejo de la droga y los magnates y empresas y/o políticos involucrados que por el momento no quieren conocer ni investigar.
Si el Cártel de Sinaloa financió las campañas del movimiento de AMLO es bastante factible, aunque más personajes políticos y partidos aparecerán en la lista.
Será muy probable que el Gobierno en Estados Unidos no quiera hacer públicas esas informaciones y mantenga como hasta ahora en stand bye las investigaciones que el tema ha merecido y lo que pueda agregarse.
Somos no solo vecinos, no solo socios, no solo aliados y turbulencia en el territorio vecino sur no parece garantizar buenos momentos históricos para la seguridad de su soberanía.
No obstante, una evidencia diplomática demuestra en la práctica la poca o nula confianza que el Gobierno de la Unión Americana tiene hacia AMLO y la autoridad que representa. El Presidente de México fue enterado del tema una vez que el Mayo se encontraba en suelo estadounidense.
Esto, en estricto sentido diplomático, representa una falta grave de atención a las formas y la prueba de que es muy frágil la confianza que puede depositarse en el Gobierno de México y sus instituciones ¿más evidencias?
El brutal avance que en este país ha conseguido el narcotráfico y las bandas organizadas que a esa industria pertenecen no pudo conseguirse con la voluntad ni de un solo partido ni de un puñado de políticos. La descomposición ha sido progresiva pero en los últimos seis años abrumadora.
Nadie puede afirmar que la actual administración gobernó para cuidar los intereses de la delincuencia organizada, pero la omisión sí fue una de las cartas más visibles que facultó su crecimiento desmedido.
No entiendo como la ciudadanía mexicana permitió que la babosada esa de abrazos y no balazos fuera el rector de la política pública de seguridad nacional.
Queda claro que el Gobierno dejó hacer y no quiso enfrentar a los grupos delincuenciales.
Mientras eso sucede seguimos desperdiciando oportunidades. El Gobierno de Estados Unidos requiere más que socios para retomar la soberanía estratégica en una rama empresarial fundamentalben la vida del mundo: la industria de los microcomponentes con un valor actual superior a los 600 mil millones de dólares anuales (muy curiosamente cercana al valor del narcotráfico internacional a finales del 2023 (560 mil millones de dólares) y con tasas de crecimiento muy cercana a 10 por ciento anual.
Más de 85 por ciento de esa industria está siendo dominada por las facilidades productivas en Taiwán donde una sola empresa valora su producción anual por encima de los 450 mil millones de dólares y de ahí el miedo en la Unión Americana de que Taiwán pudiera ser víctima de una toma hostil del gobierno Chino.
Actualmente muchos productos y gran cantidad de tecnología moderna requieren de sofisticados micro procesadores y su requerimiento crecerá y crecerá y crecerá lo que exige que su producción esté bajo un control absoluto de la economía número uno en el mundo.
México no ha querido comprender esto. No ha sido capaz de dimensionar su tamaño histórico y se complace solo con pensar que el nearshoring es suficiente para garantizar que el país será escenario de lluvias y lluvias de inversiones extranjeras que nos van a sacar de pobres y contribuirán a que México sea una potencia consolidada sin mover un solo dedo.
Y en eso, como en otros retos históricos, estamos absolutamente equivocados: es evidente la virtud de nuestra ceguera.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
Síguenos en Facebook, Twitter, Threads, WhatsApp, Telegram, TikTok, Instagram, YouTube