Visión financiera
¿Cuáles son los retos que tendrá que enfrentar México durante 2025 y en adelante?
Los retos no son menores ni en cantidad ni en trascendencia y lo ideal es que puedan enfrentarse con éxito sobre todo en la perspectiva de poder articular un sexenio en el que se siga generando empleo de calidad y pueda el salario mantenerse en proceso de recuperación aunque en el sexenio que concluye se consiguió un avance en el poder adquisitivo que recompone en una muy amplia medida lo que se perdió en las tres décadas previas.
Indudablemente, lo primero que tendrá que atender el Gobierno de México será establecer una estrategia para compensar las limitaciones que comprende el compromiso adquirido de reducir el déficit fiscal de prácticamente el 6 por ciento de este año a un déficit de entre tres y tres y medio por ciento en relación al PIB.
Ello implica iniciar el gobierno con restricciones presupuestales que de alguna manera condicionan el resultado que se puede esperar del resto de la economía.
Otro de los retos a la vista es el poder articular con claridad y compromisos específicos un segundo piso del Temec, del Acuerdo Comercial entre Estados Unidos, México y Canadá en el marco de una estrategia para recomponer el potencial soberano de las naciones que integran el acuerdo en relación a las dinámicas de la economía global.
No se trata de renunciar a las dinámicas del comercio global sino de garantizar que los elementos de producción fundamentales para procesos productivos modernos se tengan a la mano y no se dependa perniciosamente de terceros países para tener los productos. La pandemia de Covid 19 dejó al descubierto la vulnerabilidad de una economía, la de Estados Unidos, que tiene el grueso de sus proveedores importantes a miles de kilómetros de distancia y con los insumos básicos en terrenos extranjeros.
Estados Unidos y Canadá, tanto como México, requerirían tener a sus proveedores en la misma zona geográfica de sus territorios. Esto reducirá sus dependencias drásticamente con el beneficio de fortalecer sus soberanías económicas.
El promover un segundo piso al acuerdo comercial vigente aumentaría de manera muy relevante los flujos de inversión y la llegada de empresas con inversiones nuevas y la generación de empleos mejor pagados por sus niveles de capacitación y destrezas necesarios.
Para que eso suceda hay que promover el ejercicio de una estrategia que abra los ojos de Canadá y sobre todo de Estados Unidos y comprende no solo el garantizar que podemos hacer muchas cosas juntos y abordar muchos retos de manera coordinada sino de abrir un capítulo en el que se comprenda el concepto de la soberanía de una manera ampliada en las naciones con políticas públicas comunes para abordar los retos de las nuevas dinámicas globales.
Estados Unidos está comprometido a renovar sus líneas de producción, distribución y venta de electricidad.
Modernizar su infraestructura eléctrica tan solo implica compromisos de trillones de dólares en inversión en los siguientes 20-30 años. Necesitará implementar las tecnologías confiables para generar, almacenar y distribuir esa energía preferentemente limpia a sus habitantes y empresas así como a sus socios.
Pero ese no es el compromiso más relevante que ha planteado el Gobierno vecino. Quiere desarticular su dependencia de Taiwán y terceros países asiáticos en la proveeduría de microcomponentes. Este mercado es superior a los 600 mil millones de dólares anuales y la gran mayoría de esos elementos están concentrados en países en cuyos gobiernos tiene gran influencia China. La rivalidad entre las dos principales economía del mundo exige a Estados Unidos a desarrollar esos componentes en su territorio o en territorios vecinos confiables.
México puede y tendría que desarrollar políticas públicas y generar los espacios para que ese reto pudiera atenderse en nuestro territorio pero para que ello sea “comprado” por la Unión Americana tendríamos que mejorar en muchos renglones de nuestra economía comenzando con la seguridad y la infraestructura de comunicación nacional.
Nosotros en México creemos que por ser vecinos de Estados Unidos todo lo tenemos conseguido y no es así. México no está en el mapa de la estrategia de renovación energética de la Unión Americana ni tampoco para la producción regional de los microcomponentes que quieren relocalizar en territorio nacional o vecino. Para eso necesitaremos hacer política de acercamiento y proselitismo económico. Articular una estrategia común y primero convencer a nuestros socios de que ello es posible y de que México es una nación confiable.
Lo que no garantiza que nos concedan credibilidad y el beneficio de la duda.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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