
Dieciocho acciones para el Bienestar
Tratamiento fallido por diagnóstico incorrecto
El Rey añora su reino y está dispuesto a revertir una historia de casi 100 años para llevar a la economía del mundo a lo que fue en 1944 y que delimitó los alcances que tuvo Estados Unidos hasta finales de la década de los años setenta.
Eran los años mil 900.
El Rey recuerda y extraña cuando su país era portento de la magnificencia estadounidense, cuando las mercancías de la Unión Americana eran muy buscadas y adquiridas por la mayor parte de las naciones con capacidad para adquirirlas en dólares.
Estados Unidos, una de las potencias mundiales del siglo anterior, obtuvo hasta 1975 un superávit comercial en su balanza de comercio con el mundo.
En ese año, en 1975 obtuvo un superávit de 15.98 billones de dólares. Y desde entonces nunca jamás volvió a tener más ventas que compras.
A partir de 1976 (1.63 billones de dólares de déficit) todo fue comprar más que vender y hasta la fecha.
Trump cree que el mundo abusa de ellos como si ellos no hubiesen abusado del mundo entero.
Ayudó a cimbrar su liderazgo la fortaleza del dólar a nivel internacional y que su moneda fuera una divisa de Reserva Internacional y base del comercio entre las naciones.
Un dólar poderoso compraba todo lo necesario y un poco más.
Los flujos de inversión llegaban solos.
Una nación con estos atributos no tenía por qué pensar en mantener en su territorio todas sus capacidades productivas y las cadenas de proveedurías en sus propios terrenos.
China en los años 70 conoce con detalles el programa mexicano orientado a fomentar la maquila de exportación pensando en empresas que pudieran ser proveedoras y maquiladoras de productos americanos para su consumo y su posterior exportación.
Jian Zeming, un burócrata de pelo medio en China recorre entonces el norte de la República Mexicana y luego en China explica al detalle a los distintos niveles de gobierno lo que hace México y aprendería a mejorar su país.
Jian Zeming acabaría siendo Presidente de China.
Nace el programa de maquila de China que a pesar de estar a 11 mil 139 kilómetros de distancia Beijing de Washington puso sobre la mesa estadounidense una maravillosa oportunidad para que la Unión Americana exportara sus empresas primeramente y después mandara a maquilar a empresas de China sus productos.
Estados Unidos cedió la manufactura a China y luego sus cadenas de proveeduría que ahora reclama por creer ser abusado por sus aliados que le engañaron, dice Trump.
Entre el año 2000 y 2011 Estados Unidos perdió entre 600 mil y un millón de empleos en el terreno manufacturero y contando con los que acabó desplazando a la esfera asiática, perdió dos millones de empleos manufactureros.
Tomando en consideración los empleos que se pierden como razón fundamental de la incorporación de nuevas tecnologías y las propias del ciclo económico de las empresas no creen que una pérdida de 200 mil plazas de trabajo en cada uno de los 10 años entre 2000 y 2011 sean demasiados.
Muchos según Trump, que presiona a las propias empresas norteamericanas para que regresen esos empleos como si hacerlo se resuelva como los mexicanos decimos “enchílame esta gorda”.
Regresar empleos no es cosa fácil ni reacondicionar capacidades productivas o generar empleos nuevos con salarios muy altos como demandan los estándares laborales en la Unión Americana.
Le pongo a usted un ejemplo: en la industria de autopartes del norte de América.
Un salario promedio de la industria mexicana 5 dólares la hora. En Estados Unidos, promedio: 18 la hora y en Canadá, 19 la hora.
¿Quieren los empleos de regreso?, ¿quien querrá pagar por sus productos con esos costos de producción?
Mil 400 manifestaciones el pasado sábado 5 de abril en todo el territorio norteamericano demandando la renuncia de Trump y de su asesor y amigo Musk. Y el asunto apenas comienza.
La guerra comercial apenas se ha anunciado y ya hay aliados que, antes rivales, que han asumido la necesidad de sumar juntos voluntades para golpear a Estados Unidos. En España se demanda la expropiación de las propiedades de los fondos buitre en donde los financieros de Estados Unidos soportan gran parte de su ambición monetaria.
Ahora el mundo quiere hacerle daño a Estados Unidos. Las regiones prometen acciones conjuntas en contra del agresor.
Una economía mundial tiene 115 trillones de dólares de valor estimado en total para finales de este año donde Asia con China a la cabeza (una economía con valor de 19.5 trillones de dólares) sumarían 39 trillones de dólares americanos y un total aproximado de 18 países más fuertes.
Súmele África donde China ya ha trabajado sola ese continente que suma 2.8 trillones entre todas las naciones de ese continente.
El Norte de América, Canadá, Estados Unidos y México sumarían 34.1 trillones, pero si agregan a centro y Sudamérica y el Caribe llegarían a los 40 trillones de dólares americanos, aunque Sudamérica tiene mucho mayor trato y mejor con China que con Estados Unidos.
El principal prestamista en América Latina o Sudamérica es China más que los organismos internacionales de apoyo como el BID, el FMI o el Banco Mundial.
Le deben más a China que a los tres organismos internacionales juntos.
Europa está más que irritada y unida. Ya se hablan de venganzas extremas. Europa, sumado Rusia en ella, vale 29 trillones de dólares americanos.
Me parece que Asia está más fuerte que América del Norte porque además Estados Unidos va sola en ese reto y ya se ha sacudido a sus socios del sur y norte de sus fronteras.
Los otros bloques productivos están dolidos y unidos, pero América del Norte se lame sus heridas sin haber siquiera entendido qué fue lo que pasó.
Estados Unidos la va a lamentar.
Acuérdese.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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