Visión financiera/Georgina Howard
Libros de ayer y hoy
Ahora resulta que Guatemala, el país que encabeza la lista de los más pobres en el continente y uno de los que ha expulsado gente a México, acusa a nuestro país de haber tomado una decisión tardía contra el Covid 19, que los afecta. La acusación de su irresponsable presidente Alejandro Giammattei al que le ha valido la forma como sus connacionales tienen que buscar guarida en otra parte, coincide en su papel de enano, con el que el gigante enfermo Donald Trump, está haciendo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de estar protegiendo a China y haber lanzado tardíamente los alertas. Podrían generalizarse esas acusaciones de otros países siervos, como acto distraccionista. La situación de Estados Unidos en este momento es grave y alarmante. Es igualita a la actitud de los opositores en México, que todos los días le echan la culpa a AMLO de todo lo que pasa en el país sin asumir su culpa y a la hora de las responsabilidades señalan a los adversarios o a los que les caen gordos. Es una bajeza muy común ante las contingencias. La hora de la verdad les ha llegado a los países satélites serviles a los poderosos y soberbios, en momentos en que, como en el caso de Guatemala, se queja y cierra fronteras, cuando no lo hizo en otro tiempo. Estados Unidos se convierte en el país más afectado por el virus con poco menos de medio millón de contagios y 16 mil 513 fallecidos, al 9 de abril. Trump se estuvo bamboleando durante semanas cuando desde la opinión pública y los sectores sociales y políticos le decían que asumiera con urgencia las medidas. La postura acusadora del vecino del norte se puede enfatizar contra nuestro país, ante las compras que se están haciendo al país oriental y por el apoyo que Cuba ofrece a través de expertos en el virus. En la hora del hundimiento hay que señalar con el dedo al que supuestamente escondió los salvavidas. Es parecido a la vieja historia de Al ladrón, al ladrón.
La trágica hora de los soberbios y la forma de trasladar sus fracasos
Como una especie de maldición de los dioses, Estados Unidos se colocó al frente de los países más afectados, justo cuando su presidente se mueve desesperado para no perder la presidencia y en medio del desastre viral que tiene el país, con su ciudad emblemática Nueva York encabezando la cifra de decesos, se da el lujo de dedicar tiempo de sus fuerzas navales y militares a que distraigan sus funciones e invadan Venezuela. Es la desesperación del desahuciado. Si se revisa el mapa diario del transitar del Coronavirus, a vuelo de pájaro se ve la contradicción de los países que encabezan los diez primeros lugares. México tiene el número 39. Por ejemplo, un país medio como Irán, tiene en el último reporte del 8 de abril, 64 mil 586 contagios de los cuales 29 mil 812 se han recuperado en un porcentaje de 462 por cada mil. Y países como los del poderoso Reino Unido con cifras similares de contagios de 61 mil 474 tiene solo una recuperación de 345 y un porcentaje de 6 en cada mil de recuperación. Estados Unidos con 429 mil 052 de contagios, ha tenido una recuperación de 23 mi 959 y solo el 55 por ciento de recuperación por cada mil. Y China con 82 mil 809 de contagios, 77 mil 567 de recuperados tiene un porcentaje de 937 por cada mil, de recuperación. Son cifras cambiantes que se pueden incrementar de acuerdo al tiempo del azote del virus y lo vemos en el caso de México con tres mil 441 contagios, 10 mil 105 sospechosos y 194 defunciones, al 9 de abril.
La antropofagia de la Guerra Fría, resucitada con el coronavirus
Después de una larga y profunda investigación, el antropólogo W. Arens, llegó a la conclusión, de que el canibalismo nunca ha existido como práctica y que todas las historias que se cuentan al respecto, algunas con señalamientos concretos, son de segunda o tercera mano. En su libro Antropología y Antropofagia (Fondo de Cultura Económica 1981), con una amplísima bibliografía, el científico se remonta a los clásicos, a las historias de los hombres comedores de carne humana y después de navegar por todas la épocas concluye con una aseveración que algunos han refutado, pero respecto a la cual aporta muchas pruebas y conclusiones. La antropofagia se daría en todo caso, en sentido figurado entre los propios humanos llamados de civilización, para destruir y hundir a sus enemigos. Lo vemos ahora con los ataques permanentes que hacen los opositores al gobierno actual en México. Y lo que hace Trump con los gobiernos de los países que no giran a su alrededor. Antes del surgimiento abierto del Covid 19, los ataques contra China ya eran cotidianos para el mundo; ahora, en estos días, Trump se lanza contra la ONU a través de la OMS para acusarla de haber protegido a China y no haber proclamado la pandemia mundial a tiempo. Así se han lanzado los gobiernos yanquis contra Cuba, contra la URSS en su momento en aquella antigua guerra fría y ahora, se buscan culpables externos para justificar la tardanza estadounidense para dictar medidas. Estar en el número uno, lugar al que siempre aspiraron a otro nivel, de los países más afectados, despierta la intolerancia hacia los que se consideran adversarios y se buscan y quizá se buscarán formas de sancionar una culpabilidad que no está clara. Y al imperio ahora se suman contra México, pequeños caníbales como Giammattei de Guatemala, que muerden en nombre de sus mandantes.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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