Descomplicado
La ignorancia permite que el grueso de la población no se percate que estamos por iniciar un año en el que viviremos en la pesadilla.
Una pesadilla derivada del manejo irresponsable de las finanzas públicas del sexenio anterior y que obliga a ejercer un inicio de sexenio repleto de retos y complejidades que en conjunto permiten augurar un año 2025 muy muy difícil.
La necesidad de iniciar el año con un ajuste presupuestal importante, de contar con un plan de gastos muy defensivo, de contar con un año de antecedente (2024) que se enfila al estancamiento, parece garantizar un ciclo 2025 recesivo que se semeje mucho a lo que ya se vivió en 2019, cuando el entonces presidente López Obrador tuvo un tropiezo casi generalizado en los cuatro trimestres de su primer año de gobierno: +1.2% anual en el primer tramo trimestral para luego ir a uno negativo con 0.9% y después dos sucesivos de contracción de -0.3% dieron como resultado anual una contracción de 0.1% en todo ese año.
El antecedente que explique ese mal año pudo derivarse de aquella decisión del aún presidente electo de suspender la construcción del aeropuerto de Texcoco y catafixiarlo por el de Santa Lucía.
Por esa ocurrencia, debemos aún 3 mil 700 mdd y concluiremos el pago de los bonos comprometidos en 2047 sin contar con la central aérea que hubiese sido uno de los hubs aeroportuarios más importantes de América y del mundo.
Es posible que la Reforma al Poder Judicial y la eliminación de los organismos autónomos equivalgan a aquel error primero del presidente López o incluso la factura resulte de mayor valor que es algo que al momento no puede saberse con precisión.
Lo cierto es que la presidenta Claudia inicia con un contexto mucho más complejo que el que acompañó al primer año de gobierno de Andrés Manuel.
No hay margen para equivocaciones ni tampoco espacio fiscal porque se renunció a una Reforma Fiscal que le diera a la administración Federal mayor margen de operación.
Lamentable si tomamos en cuenta que no toda reforma fiscal implica sacrificios para las mayorías.
Pudo haberse planteado un cambio fiscal que privilegiara el incremento de la contribución a las rentas mayores y con ese resultado se aplicarían aumentos reales a los presupuestos de salud y de educación que fueron particularmente castigados en el escenario del año que está por venir.
Simplemente un presupuesto menor en 11 por ciento en el sector salud verdaderamente resulta inconcebible si tomamos en consideración que si una política pública fue equivocada y con ello los resultados que se cosechan son lamentables, tan malos para la población con menores ingresos, fue precisamente la de salud seguida por la de educación.
El tema aquél de Dinamarca acabó siendo un insulto a la inteligencia.No debieron haber permitido que los presupuestos a educación y salud tuvieran más sacrificios.
No fue una señal correcta.
Pudieron los obedientes legisladores hacer remiendos sin afectar a los presupuestos en esos dos renglones, pero eso de la creatividad no se les daPudo más la disciplina partidista que la lógica más elemental que exigía en la evidencia de los presupuestos, no seguir castigando a dos de los sectores más importantes para el grueso de la población mexicana.
Ojalá no haya más piedras de las que se aprecian en el camino. No le puedo desear mal a la Presidenta pero me queda claro que bien le irá si no hay un ajuste importante en nuestro trayecto económico y en el posible despeñadero en su imagen política.
Suerte.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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