Visión financiera/Georgina Howard
MORENA GOBIERNA GRACIAS A HUACHICOL.
En un pueblo como Tlahuelilpan, en Hidalgo, todo se sabe.
Se sabe, por ejemplo, cuando alguien del pueblo compró ropa nueva; cuando otros estrenaron una pantalla –un plasma–; se sabe cuánto costó la vaca que mataron para la fiesta de éste o aquel vecino.
Y se sabe cuando fulano y mengana –los dos vecinos del pueblo–, se casarán pronto. Y eso se sabe no por “los ojitos que se echan”, sino por los ojos que los ven.
Y es que en Tlahuelilpan son lapidarios y severos escrutadores los pares de ojos de todo el pueblo; porque todos se vigilan a todos.
Por eso, en Tlahuelilpan todos saben que muchos del pueblo se dedican al robo de combustible; todos saben la fecha “de la reciente ordeña”; saben cuánto ganaron los vecinos en tal pinchazo o en tal o cual ordeña.
Lo cierto es que Tlahualilpan es un pueblo bajo control de ladrones de combustible y en el que mandan los huachicoleros.
Y el pueblo entero lo saben; lo sabe el cura, que recibe su diezmo del robo; lo sabe el médico, que cura a los intoxicados por gasolina; lo sabe el presidente municipal, que llegó al cargo porque lo pusieron los ladrones de gasolina y lo saben síndicos, policías y bomberos.
Un síndico, por cierto, acabó carbonizado la noche de la tragedia que mató a casi cien personas.
Pero también lo saben las abuelas y los viejos del pueblo, los maestros, los comerciantes; todos en Tlahualilpan saben quién debe todo a la ordeña de ductos.
Pero también todos saben que el robo de combustible, en Tlahuelilpan, está estrechamente vinculado con el Partido Morena. Más aún, muchos no saben quien llegó primero, si Morena o el robo de combustible.
Acaso llegaron juntos, según los viejos del pueblo.
Por eso, no es novedad que entre los muertos del estallido del pasado viernes muchos son dirigentes, líderes, promotores y activistas de Morena.
¿Y por qué no es novedad…?
Porque todo Morena, en el municipio de la tragedia, ha vivido, vivió y recientemente ganó la alcaldía, gracias al robo de combustible.
Y es que Morena y el robo de combustible van de la mano con las victorias políticas de Morena, sea en Tlahuelilpan y en otros municipios de Hidalgo, Puebla, Guanajuato, Veracruz, todos en la zona de los ductos.
Más aún, no se entienden las victorias electorales de Morena sin el robo de combustible.
Y, el mejor ejemplo de esa caprichosa relación simbiótica entre el ilegal robo de gasolina, el crecimiento de Morena y las victorias electorales de ese partido es –paradójicamente–, lo que pasa en Tlahuelilpan, cuyo alcalde fue puesto por los jefes del robo de combustible del pueblo.
Sí, pero un alcalde no gana sin votos. ¿Quién votó por el alcalde de Morena de Tlahuelilpan? ¡Bingo…! Votaron muchos ciudadanos de ese pueblo, una abrumadora mayoría, muchos de ellos con un hijo, un hermano, un primo, un cuñado… vinculados al robo de combustible.
En efecto, al momento de la tragedia no todos los que buscaban gasolina son ladrones de combustible, no todos los habitantes de Tlahuelilpan son huachicoleros… pero todos sabían y conocen a los ladrones de ductos.
Y, al votar por Morena, todos esperaban el beneficio del robo de gasolina. La simbiosis perversa de Morena y el Huachicol.
Al tiempo.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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