Visión financiera/Georgina Howard
Itinerario Político
El tema no es menor. Por eso, algunas voces empiezan a proponer que, con urgencia, el Congreso llame a crear una Comisión de la Verdad en el “caso Culiacán”.
¿Por qué y para qué una Comisión de la Verdad?
Porque el tamaño de la crisis de inseguridad vivida en la capital de Sinaloa –el 17-10-19–, supone que tanto el presidente, como algunos secretarios de Estado, habrían incurrido en graves violaciones constitucionales y, por tanto, debieran ser sometidos a juicio político.
Por eso, incluso, los asesores del presidente Obrador le recomendaron declarar que no estuvo enterado del operativo en Culiacán y que, como saben, concluyó con la liberación de “los chapitos” –Archivaldo y Ovidio Guzmán–, lo que supone un delito grave, que amerita el juicio político contra servidores públicos involucrados, en especial el presidente mexicano.
Pero el problema es mayor si se toma en cuenta que al paso de los días aparecen nuevos datos del origen de la crisis de Culiacán, sobre los errores y horrores cometidos; sobre la indolencia oficial y, en especial, que aparecen indicios de que autoridades federales ocultan el número real de muertos, entre presuntos criminales, policías y civiles.
La verdad es que hoy nadie sabe, a ciencia cierta, qué fue lo que pasó; nadie sabe si se actuó a partir de una solicitud de la DEA, nadie sabe si el presidente ordenó el operativo, si fue una decisión del titular de Seguridad, Alfonso Durazo; nadie sabe por qué la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, no intervino; nadie sabe si Obrador es sólo un “presidente florero” y nadie sabe si también fue capturado y luego liberado Archivaldo, hijo mayor de El Chapo…. Nadie sabe.
Todas esas y muchas otras dudas deberán ser aclaradas por una Comisión de la Verdad que, de manera urgente, debe ser convocada por el Congreso de la Unión. Y es que el apego a la legalidad y el respeto a la Carta Magna, son fundamentales para legitimar a un gobierno que, como el de Obrador, gusta de violar la ley.
Sin embargo, en el otro extremo del “conflicto Culiacán” aparece una pregunta clave que tiene respuestas poco o nada gratas.
¿Qué es lo que sí sabemos de la crisis de Culiacán?
1.- Sabemos que la DEA informó al gobierno mexicano las coordenadas para localizar a “Los Chapitos”; Archivaldo y Ovidio.
2.- Sabemos que, por eso, el gobierno de Estados Unidos solicitó una orden de detención con fines de extradición.
3.- Sabemos que el operativo de captura de los hermanos Archivaldo y Ovidio se llevó a cabo de la peor manera.
4.- Sabemos que el presidente estaba informado, como lo dijo la tarde del jueves 17 de octubre, cuando llegó al aeropuerto capitalino para viajar a Oaxaca, en donde fue entrevistado por los reporteros.
5.- Pero también sabemos que el presidente mintió de forma flagrante en tres momentos consecutivos; en las mañaneras del 21, 22 y 24 de octubre.
El lunes 21, por ejemplo, rechazó ser un “presidente florero” y presumió estar “informado de todo” y que en su gobierno nadie se manda solo. Así lo dijo; “no es de que hacen las cosas y no me entero o que yo delego funciones y usted haga lo que quiera… no, el presidente de México tiene información y sabe muy bien todo lo que está sucediendo y toma las decisiones”.
Al día siguiente, el martes 22, dijo todo lo contrario; que delega y que el Gabinete de Seguridad se manda solo y saben qué hacer. Así lo expuso: “ya saben en automático (en el Gabinete de Seguridad) como deben de proceder, entonces esto se venía haciendo… yo no estaba informado, no me informan en estos casos y yo le tengo mucha confianza al secretario de la Defensa”.
Volvió a cambiar la versión el jueves 24, y sostuvo que sí estaba informado del “caso Culiacán”. Así lo dijo: “en este caso yo pude comunicarme, me informaron, antes de salir tenía yo la información, tenía comunicación, cuando llego a Oaxaca, ya nomás se confirma que se había tomado ya la decisión”.
¿Cual de los tres presidentes dice la verdad; el del 21 de octubre, el del 22 de octubre o el del 24 de octubre?
Por eso, para conocer lo ocurrido paso a paso y para deslindar las responsabilidades respectivas en la decisión de dejar en libertad a “Los Chapitos”, es urgente que el Congreso convoque a la creación de una Comisión de la Verdad.
Y es que el presidente mexicano pudo incurrir en las causales previstas en el Artículo 108 constitucional, que a la letra dice: “El Presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común”.
Ordenar la liberación de “Los Chapitos” ¿es delito grave o traición a la patria?
Al tiempo.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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