Impulsa Solidaridad reforma en salud mental por más demanda
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de diciembre de 2019.- A pesar de que en México se ha logrado evitar una atmósfera de terror, paranoia y persecución en torno al VIH/SIDA, los prejuicios y la falta de recursos persisten.
“Profesionales de la salud, gobierno y sociedad están obligados a evitar actitudes autocomplacientes que hagan crecer el número de infectados, pero también deben proteger el derecho a la vida que tienen los seropositivos y enfermos”, subrayó Samuel Ponce de León, de la Facultad de Medicina (FM).
El especialista de la UNAM resaltó que “estamos frente a un enemigo minúsculo, pero cuyo peligro se puede potenciar por las acciones equivocadas que adoptemos como individuos y sociedad”.
Él y otros investigadores afirmaron que la infección por VIH/SIDA es uno de los problemas de salud pública más complejos que ha enfrentado la humanidad en las últimas décadas, pues se trata de una enfermedad que provoca daño al organismo, con serias repercusiones psicológicas, sociales, económicas y políticas en los individuos, familias y comunidades afectadas.
Hace 36 años se descubrió que el agente causal es el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y poco después se describieron oficialmente los primeros casos del síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (sida), recordó María Eugenia Jiménez, de la Facultad de Odontología de la UNAM.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, en diciembre de 2017 vivían con VIH 230 mil mexicanos, y para 2020 se estima que serán 250 mil. En 2018, sólo 150 mil mexicanos contagiados conocían su estado serológico; dos de cada tres estuvieron en tratamiento antirretroviral, atendiéndose en alguno de los 139 servicios especializados; y 147 mil seguían su tratamiento antirretroviral en el país.
En esta situación se combinan factores como la pobreza, la ignorancia, los mitos y prejuicios, los largos periodos de incubación del VIH y su variabilidad genética, así como las dificultades para comprender las múltiples facetas de la sexualidad humana y disminuir las conductas de riesgo, añadió Patricia Uribe Zúñiga, infectóloga por la UNAM y extitular de Censida.
“Para controlar esta enfermedad es necesaria la participación de todos los sectores de la población: salud, educación, medios, organizaciones civiles y personas afectadas por el VIH/Sida. Es indispensable informarse, sensibilizarse, comprometerse, unir esfuerzos y actuar”, dijo.
Por su parte, Santiago Ávila Ríos, del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de la Secretaría de Salud, indicó que cada uno de los infectados tiene una historia particular, y cada enfermo suma múltiples epidemias internas, mientras que el VIH se transforma continuamente.
Las metas de control para 2030 requerirán intervenciones disruptivas como una vacuna profiláctica, cuyo diseño ha representado uno de los más grandes retos para la medicina moderna, dadas las características, variación y adaptación del virus.
“En el mundo se han retomado ensayos clínicos con vacunas y se tiene la esperanza de tener mayor éxito que en el pasado, acercándonos al objetivo de una profiláctica universal”, destacó.
Información de Quadratín CDMX
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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