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Impuesto a fortunas provocará salida de capitales: Carlos Slim
OTHÓN P. BLANCO, QRoo, 7 marzo de 2019.- Los productores cañeros de Quintana Roo, como los del resto del país, mantuvieron bloqueadas durante los primeros 15 días de febrero las bodegas del ingenio azucarero San Rafael de Pucté, ubicado en Javier Rojo Gómez, Quintana Roo, exigiendo el apoyo del Gobierno de México para recuperar el precio por tonelada de azúcar.
La drástica caída del precio del azúcar pasando de 13 mil 200 pesos por tonelada a 9 mil 800 pesos, generó una grave situación para las familias que dependen de esta actividad productiva.
De no contar con el respaldo del gobierno colapsaría la economía de los principales productores de la agroindustria.
La crisis no es nueva pues en julio de 2014 las tres mil familias que viven en la zona cañera de la ribera del río Hondo, padecieron una de las peores zafras de su historia, realmente fueron dos años consecutivos.
La problemática era complicada, las afectaciones directas incluían no contar con seguro social y la cartera vencida, lo que propició que iniciara la migración de jóvenes a las zonas turísticas para subemplearse como lavacoches, camareros y jardineros.
En esa ocasión pasaron más de 30 días después de que concluyó la zafra 2013–2014 y los productores de caña de la ribera del Río Hondo no recibían notificación acerca del precio oficial con el cual se les pagaría la tonelada de caña de azúcar.
Pese a lo difícil de la situación económica, el apoyo por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno no fue el que esperaban, según dijo Juan Manuel Lara, exdirigente cañero.
Presta nombres aprovecharon la crisis y quiebra para adquirir las parcelas de los cañeros a bajos precios.
Desde entonces en la ribera del Río Hondo todo apuntaba a la extinción de los cañeros con pocas tierras y con bajos rendimientos y a la migración de jóvenes, muchos de ellos cuentan con diplomas de bachillerato por lo que solo pueden aspirar a subemplearse en los hoteles del norte como jardineros, choferes, camareros y en seguridad privada.
El ingenio azucarero San Rafael de Pucté pertenece al grupo Beta San Miguel (BSM), uno de los principales productores de azúcar en México.
BSM entró a la competencia en la industria azucarera mexicana al inicio de la privatización de la industria azucarera en noviembre de 1988, a través de la adquisición al gobierno mexicano de cuatro ingenios azucareros.
Así, el grupo produce azúcar estándar, azúcar blanca, blanca extra, glass y refinada, produce mieles como subproducto del azúcar, alcohol, el cual se obtiene de la fermentación de las mieles.
Entre sus seis ingenios se cuenta el de San Rafael de Pucté, ubicado en Javier Rojo Gómez, Quintana Roo.
Era previsible un negro panorama para los cañeros de Quintana Roo en 2019 porque la sobre saturación del mercado de la azúcar en México ha ocasionado, por una fallida estrategia económica del Gobierno Federal saliente, la disminución en el precio de la azúcar a nivel internacional.
Benjamín Gutiérrez, líder de la Confederación Nacional de Productores Rurales en la entidad señaló que el Gobierno Federal importaba un millón 80 mil toneladas de fructuosa y se exportaron un millón 350 mil a Estados Unidos, pero que la demanda de dicho país disminuirá este año a 700 mil toneladas, que es donde redunda la gravedad del asunto.
En este contexto, los líderes cañeros solicitaron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que subsidie la producción de caña con al menos 2 mil pesos por hectárea.
La situación les ha obligado a llegar a los bloqueos contra los ingenios del país como drástica medida de presión.
De esta manera, a mediados de febrero la acción nacional dio frutos: aumentó el precio del azúcar, de 589 pesos que se pagaban por el bulto de 50 kilos, se llegó a 715 pesos.
En las más de 40 centrales de abasto del país, el bulto de 50 kilos el precio promedio pasó de 589 pesos, el 21 de enero, a 715 pesos debido a la toma de bodegas realizada por los cañeros en los 51 ingenios del país.
El aumento del azúcar se debe a que se restringió la oferta del producto y la importación a precios dumpingde jarabe de maíz de alta fructosa, que es la que ha quitado mercado al endulzante mexicano y lo que ha provocado que crezcan los excedentes de azúcar que los ingenios tienen que exportar.
Al igual que en Quintana Roo, desde el 19 de enero, los cañeros se unieron a alrededor de 175 mil que bloqueron bodegas de los 51 ingenios que operan en el país, en demanda de que se exporten los excedentes de azúcar para evitar que siga cayendo el precio del endulzante en el mercado interno, pues el pago por su producto se determina en función de los precios en el mercado nacional del azúcar.
Según, Enrique Bojórquez, cuando se abrió el libre comercio en azúcar con el TLCAN en 2008, empezó el intercambio de azúcar y el llamado JMAF (Jarabe de Maíz Alto en Fructosa) entre México y Estados Unidos de manera completamente irracional, por lo que se llegó a los conflictos que se están generando en el sector azucarero.
La irracionalidad es porque la exportación de azúcar mexicana a Estados Unidos era a precios dumping y la importación de JMAF a México también. Este aparente equilibrio era difícil de mantener muchos años y se resquebrajaría en cualquier momento.
La duración fue menor a cinco años, período durante el cual los industriales refinadores de azúcar de Estados Unidos demandaron a los ingenios mexicanos por prácticas dumping y subsidios, lo que da origen a los Acuerdos de Suspensión en marzo de 2014.
En respuesta, la industria azucarera mexicana y el gobierno de nuestro país debieron de haber actuado de inmediato en contra del JMAF, iniciar los procedimientos para impedir la entrada de JMAF a México con precios dumping y subsidios e imponer medidas de salvaguarda, a efecto de proteger los intereses del sector.
En vez de esto, México terminó aceptando bajar la calidad del azúcar producida en el país, algo inverosímil, para asegurar que 70 por ciento del cupo que Estados Unidos asigna a México vaya directo a sus refinerías y solamente 30 por ciento del azúcar se venda directamente a la industria consumidora de los Estados Unidos, demostrando el país vecino que negocia privilegiando el interés de sus productores del campo, no de la industria consumidora.
Los beneficiarios de la crisis en la industria son dos de las principales franquicias de refrescos de cola en el mundo, ya que poseen ingenios en México.
En coordinación con la Secretaría de Economía deciden evitar el tema del JMAF durante las negociaciones del Acuerdo de Suspensión y para justificarse, se declara públicamente que el Acuerdo de Suspensión beneficia a México y es el que salva el TLCAN, cuidándose de que se piense que es moneda de cambio a costa de empobrecer a los cañeros.
El nuevo Gobierno Federal tiene la opción de frenar la entrada del Jarabe de Maíz Alto en Fructosa (JMAF).
En este escenario señala Enrique Bojórquez, los ingenios y los cañeros alcanzarían su mayor rentabilidad económica, social y política. Las utilidades resultarían las máximas posibles, porque el total de azúcar producida en nuestro país se vendería a precios internos. La derrama económica en las regiones donde se encuentran los ingenios azucareros sería muy grande, mejorando sustancialmente la calidad de vida en dichas zonas, abatiendo la pobreza, inseguridad y la migración.
Obviamente, dijo, la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador alcanzaría los niveles más elevados, validando su visión de gobernar en favor de los que menos tienen, de consumir lo que el país produce y poner en primer lugar a México y después a los extranjeros.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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