
Grandes Pymes
* Buenas noticias que durarán poco
Ninguna firma de análisis económico, organización internacional o banco anticipó la posibilidad de que México creciera este año por encima del 2 por ciento. Han bastado tres meses para pensar en ello como posibilidad no remota.
Es probable que el crecimiento del primer trimestre se ubique cerca del 4 por ciento y en una de esas lo haga por encima del 4.
Los peje zombis se tragarán la pastilla de que como se está combatiendo la corrupción y ahora si se administra el país bajo los intereses de los más pobres, crecemos más a pesar de que los conservadores hacen lo posible por descarrilar el rumbo del país marcado por el prócer de la 4T.
Lo cierto es que la economía de Estados Unidos es la que nos está jalando pero nos jala con menos fuerza conforme avanzan los meses y se espera que esa tónica persista en lo que resta del 2023. Tomemos el caso de los reportes de balanza comercial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía porque el elemento que más impulsa es el comercio exterior.
En diciembre del 2022 las exportaciones no petroleras crecieron 3.5 por ciento mientras que en enero explotaron con un crecimiento anual de 26.9 por ciento para ajustarse en febrero -1.8 por ciento. Para el caso de las exportaciones agropecuarias que han tenido un desempeño relevante desde la pandemia, en diciembre del año pasado crecieron 10.2 por ciento anual , para luego contraerse ligeramente a 9.8 por ciento durante enero y luego repuntar nuevamente en 11.5 por ciento para el mes de febrero. Todas las comparativas son anuales.
Para el caso de las exportaciones manufactureras crecieron 3.1 por ciento en diciembre, avanzaron muy fuerte en enero con 28.3 por ciento y en febrero se contrajeron -2.2por ciento. Por su parte el sector automotriz presentó en diciembre del 2022 un avance de 13.8 por ciento, un repunte espectacular en enero de +64.9 por ciento y luego un retroceso en febrero de -7.9 por ciento.
Pierde gas la economía de Estados Unidos luego de un año de aplicaciones de incremento en las tasas de interés que seguramente se mantendrán altas e incluso seguirán subiendo. No se descarta la recesión aunque las opiniones de especialistas divergen.
Hay cada día más indicadores que sugieren enfriamiento de la economía de Estados Unidos. Los permisos de construcción de casas cumplen a marzo ocho meses con retroceso y en marzo se contrajeron 8.8 por ciento contra el mes previo y 24.8 por ciento contra el mismo mes del año pasado. El indicador de gerentes de compra cumplió ya cinco meses de retroceso y quedó en marzo en 46.3 por ciento cuando debajo de 50 es claro indicio de contracción de la economía.
La curva de rendimientos está invertida. Se ofrece mejor tasa de interés en el corto plazo mientras que se castiga el largo plazo lo que sugiere que el mercado da por hecho que bajarán las tasas de interés en este mismo año cosa que seguramente no sucederá porque la economía de Estados Unidos llegará a su meta de inflación hacia mediados o finales del año 2024.
En los primeros cuatro meses contando diciembre, enero, febrero y marzo la economía de Estados Unidos generó más de un millón 400 mil fuentes de empleo pero la tendencia es a disminuir ese ritmo.
Hay quienes, los menos, creen que ya no se presentará una recesión en Estados Unidos mientras que hay quienes creen que su paso será inevitable pero con síntomas ligeros y acotada en el tiempo. Otros analistas más creen que entre más se tarde la recesión en manifestarse su expresión será profunda y extendida más en el tiempo, es decir, no sería una recesión corta ni ligera.
La mayor parte de los especialistas creen que la recesión llegará en el primer trimestre del 2024 a la Unión Americana y en México habría de expresarse antes del proceso electoral del año entrante, algo que tiene preocupado al Presidente que piensa siempre en términos de posible ganancia o pérdida de votos.
Entendamos que las buenas noticias económicas durante el primer trimestre del año 2023 pueden no mantenerse en los tres trimestres restantes.
Una recesión en México como consecuencia de la recesión vecina no caerá bien en términos electorales sin duda. Quizá por ello el Presidente se acelera a quemar algunas naves que le representen dinero a repartir en las ventanilla de los programas sociales.
La reforma administrativa que procura el gobierno lleva el propósito de racionalizar la estructura orgánica de su administración mediante la desaparición de 18 organismos o su fisión en otras secretarías de estado, así como le eliminación del Fideicomiso de Fomento Minero.
Los trabajadores se liquidarían pero en la mayor parte de los casos se mantendrían trabajando pero ahora bajo la instrucción de otros organismos rectores.
Ahorrar dinero lo más posible para incrementar de manera significativa los alcances de la política social en un año en el que hay que mantener y alimentar la fidelidad de los sectores sociales más pobres a quienes, en su momento se les va a inyectar un virus que les haga ver que si no votan por Morena los beneficios que ahora disfrutan serán eliminados por la oposición si ganara.
Y de eso se trata: de garantizar la continuidad, si no, qué chiste.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo
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